jueves, 10 de diciembre de 2009

Pide un deseso (whishlist)

En esta época del año, es frecuente realizar compras, pensar en lo que nosotros queremos y en lo que nuestros más allegados desean. Es además una época para complacer a los niños alentando sus esperanzas de que los Reyes Magos les obsequien con ese regalo tan soñado, o bien encauzando unos deseos en época de crisis deseando que la desilusión no haga nido en sus corazoncitos.



Es cierto que aunque en crisis, vivimos (o al menos los últimos años lo hemos vivido) en una época de abundancia muy lejana de las penurias que pasaron nuestros padres, abuelos o incluso algunos de nosotros, que ya no somos tan jóvenes.

Es frecuente ver cómo los niños reciben montones de regalos en respuesta a sus cartas claras y concisas: quiero un Mega Super Corp con tetra rayos de periscoprotones como el de MegaCriptoChanclas en la película de los Pisotones Embarrados (he querido evitar episodios sangrientos). Y claro, el deseo se materializa tan cierto como que los Reyes Magos conceden deseos o como en oriente funcionan las lámparas maravillosas.

No es menos cierto que entre todos esos regalos aparece el Mega Super Corp original, cuatro imitaciones más económicas y un trozo de plástico que resulta ser la mascota favorita del bicho ese que es la caña (cito textualmente).


Como eso es real como la vida misma nos vemos obligados a forzar nuestra imaginación para satisfacer unos deseos a veces desconocidos. Así se recurre directamente desde hace años a preguntar por el contenido de la carta a los Reyes. Es una forma fácil de acertar en nuestro mejor deseo de complacer.

Claro, poco a poco hemos ido venciendo el cutrerío que en un tiempo significaba preguntar descaradamente. En esta sociedad tan cambiante el preguntar a alguien ¿qué te haría ilusión? o ¿qué necesitas? ya no es sinónimo de ¿qué te compro?, lo cual resulta bastante chabacano. Nuestros abuelos no pensarían lo mismo.

Por otro lado podemos observar la evolución que han sufrido las listas de boda. Nadie cuestiona que el regalo mínimo ha de ser superior al importe del cubierto. Es más, en muchos casos empieza a considerarse de mal gusto el sobrecito. Es un momento incómodo en el que tus conocidos te dan una cantidad de dinero que no puedes abrir en su presencia. Así, directamente en la invitación se imprime dónde está la lista de boda y en un futuro no muy lejano veremos directamente el número de la cuenta bancaria.

No voy a entrar en juzgar la evolución del regalo. En el caso de las bodas se mueven importantes cantidades de dinero que es mejor canalizar para conseguir objetivos más interesantes o necesarios que el que una única familia te pueda aportar. Pero... ¿y si en vez de mostrarnos negativos diésemos un paso más?.

Pasen y vean, les mostramos la ciencia ficción del regalo. Es una cuestión personal el hecho de que a mi me haría mucha ilusión que en vez de cualquier cosa me regalaran una pequeña parte de un deseo más grande pero real. Lo valoraría mucho y creo que mis amigos también. Se trataría de pedir un deseo a modo de lista de bodas pero sin un motivo aparente. Sería una especie de wishlist personal o Carta pública a los Reyes Magos (que no digo que sea menos cutre que en los otros casos, sino más práctica, que es casi lo mismo).

Es decir, se trataría de publicar mi deseo en alguna parte y que quien quisiera hacerme un regalo hiciese su aportación para conseguirlo dejando constancia de ello. Bueno, pues creo que eso no tardará mucho en ser frecuente en nuestra sociedad. Si buscamos whislist en internet vemos cómo funciona en el para algunos maravilloso Amazon o en muchos portales nuevos de habla inglesa casi todos (eso pasa por buscar una palabra inglesa). Y cada vez es más frecuente...

Pide un deseo, dime qué quieres que te regale y ... cuando lo consigas, recordarás con cariño que entre toda la gente que te quiere han sido capaces de ayudarte para que lo disfrutes.

Si me lee alguno de mis amigos y se anima lo podemos poner en marcha a ver qué tal resulta. Así tendré para otro artículo, jajajaja. Será por pedir... En directo y con cariño desde Alcalá de Guadaíra, Sevilla, España.